Aunque se me culpe de incentivar el vicio entre sus más acérrimos enemigos, o de pervertir a cierto cándido grupo (indefenso en su poca conexión con realidad) marcha aquí el primer modelo de regalo ideal para el odontólogo, que ya tiene su dueña. Cuenta con la ausencia (tal como se lee) de un canino y un par de premolares, en cuyo estético hueco colocar el cigarro en reposo, y con un pequeño simulacro de lengua apto para ser quemado sin consecuencias morales o legales al regreso de alguna que otra ardua sesión con uno de esos tantos memorables pacientes...
2 comentarios:
Anticipando la posible continuación de una serie de obras conformadas según el modelo de ceniceros dedicados a diferentes especialidades médicas, el público espera con curiosidad -y con un cierto y justificado recelo- la presentación del cenicero para proctólogos. El arte, se sabe, no sabe de remilgos.
Tengo que decir que he intentado satisfacer ese mercado pero mi producción ha resultado insuficiente: gente de los más variados oficios ha sido arrastrada por un misterioso designio identificatorio a la compra compulsiva de las piezas; digo variados oficios aunque los gremios más representados en la desproporcionada clientela han sido claramente el de los abogados, el de los médicos particulares y el del ámbito inmobiliario...
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